Los ensayos preliminares realizados en una fábrica de cemento en Bélgica han conseguido demostrar la eficacia de una innovadora tecnología para la captura de carbono.
El hormigón es el material de construcción más utilizado en el mundo. El problema es que uno de sus componentes principales, el cemento, y sobre todo el proceso necesario para producirlo, contribuye de manera significativa al cambio climático. Todos los años se fabrican unas 4 000 millones de toneladas de cemento, una actividad que genera aproximadamente el 8 % de las emisiones mundiales de CO2. Sin embargo, algo sorprendente es que el 60 % de estas emisiones no se debe a la utilización de combustibles fósiles, sino a las reacciones químicas del proceso. Este importante problema fue una de las motivaciones principales tras el proyecto LEILAC, una iniciativa financiada con fondos europeos que ha desarrollado una tecnología revolucionaria con el potencial necesario para reducir drásticamente las emisiones de la industria del cemento y la cal en Europa.
Esta tecnología, llamada separación directa, captura eficazmente el CO2 emitido durante la producción de cemento y cal. En la producción convencional de cemento, la piedra caliza se descompone en cal y CO2 en hornos especiales o calcinadores.
Al rediseñar los flujos del proceso estándar en un calcinador tradicional, el sistema LEILAC permite capturar el CO2 en el momento en el que sale de la piedra caliza, y lograr que los gases de combustión del horno queden separados. Este importante avance no precisa de productos químicos adicionales y no es necesario realizar grandes cambios en el proceso de fabricación estándar del cemento; basta con reemplazar el calcinador.
En coordinación con Calix Limited, el proyecto acaba de realizar con éxito la primera prueba preliminar en una fábrica de cemento en Lixhe, en el este de Bélgica. Al usar esta nueva técnica en harina de cal y de cemento, el equipo de LEILAC logró demostrar el procedimiento de separación de CO2 con más de un 95 % de pureza.
«Aunque todavía hay que resolver algunos problemas para llegar a la capacidad nominal total, hemos conseguido grandes avances en muchos aspectos esenciales de la tecnología», explica Mark Sceats, fundador y director científico de Calix, en un artículo publicado en el sitio web de la revista australiana sobre fabricación «Industry Update». «La parte de nuestro diseño que se encarga de capturar el carbono es un método excepcional para reducir las emisiones de CO2 en la fabricación de cemento y cal, y tiene el potencial de dejar atrás a otras tecnologías, tanto por el coste como por el tiempo invertido».
Aunque el sistema todavía no ha alcanzado la capacidad nominal total, se trata de una tecnología muy prometedora que puede contribuir a que la industria del cemento reduzca sus emisiones sin provocar un impacto importante en el coste o el consumo de energía. A fin de que el sector pueda colaborar con la UE en el objetivo de reducción de CO2 (80 % en 2050), será necesario poner en práctica la captura de carbono en, por lo menos, dos de cada tres fábricas.
El siguiente reto para LEILAC (Low Emissions Intensity Lime and Cement) consistirá en solucionar algunos problemas que han surgido en la puesta en marcha de la tecnología, algo normal en proyectos de esta magnitud. A continuación, el equipo realizará las pruebas a capacidad nominal total. Estos ensayos se extenderán hasta finales de 2020, a fin de abordar posibles problemas por el uso a largo plazo. El equipo del proyecto también ha empezado a planificar la siguiente ampliación de la tecnología, lo que incluye realizar el diseño conceptual y obtener la financiación necesaria.
Para más información, consulte:
Sitio web del proyecto LEILAC