Un nuevo estudio ofrece noticias tranquilizadoras sobre los niños concebidos con ayuda de tecnologías de reproducción asistida (TRA o ART, por sus siglas en inglés). Cualquier diferencia en el crecimiento, el peso y los niveles de grasa corporal desaparece al final de la adolescencia.
Cada vez más personas en el mundo son concebidas con la ayuda de las TRA. Hasta la fecha, las TRA —fecundación «in vitro» (FIV), inyección intracitoplasmática de espermatozoides y transferencia de embriones— han dado lugar a más de ocho millones de nacimientos en todo el mundo, una cifra que se espera que siga aumentando en el futuro.
Desde el primer nacimiento por TRA, hace más de cuarenta años, se ha cuestionado su efecto sobre la salud de los niños concebidos de esta manera. Entonces, ¿cómo afecta un nacimiento de este tipo al desarrollo del niño en comparación con el de un niño concebido de forma natural? Según un estudio reciente, apoyado por los proyectos financiados con fondos europeos ART-HEALTH y LIFECYCLE, las diferencias en el crecimiento, el peso y los niveles de grasa corporal de los niños concebidos mediante TRA son pequeñas y dejan de ser evidentes al final de la adolescencia.
Tal y como señala el autor principal del estudio, el doctor Ahmed Elhakeem de la Universidad de Bristol (el Reino Unido), entidad coordinadora del proyecto ART-HEALTH y socia del proyecto LIFECYCLE, en un artículo publicado en «Newswise»: «Se trata de un trabajo importante. En los tres últimos decenios, la concepción por medio de las TRA ha aumentado. En el Reino Unido, algo más de uno de cada treinta niños ha sido concebido mediante TRA, por lo que cabría esperar que, de media, un niño de cada clase de primaria haya sido concebido de esta manera. Desde el primer nacimiento de un niño concebido por FIV, ha surgido la preocupación por los riesgos para estos niños».Para el estudio, los investigadores utilizaron datos de más de 158 000 bebés, niños, adolescentes y adultos jóvenes de Europa, Asia-Pacífico y Canadá. Descubrieron que los concebidos mediante TRA eran más bajos, pesaban menos y eran más delgados desde la infancia hasta el inicio de la adolescencia en comparación con los concebidos de forma natural. Sin embargo, estas diferencias no solo fueron pequeñas en todas las edades, sino que también desaparecieron a medida que los niños crecían.
«Los padres y sus hijos concebidos mediante TRA pueden estar tranquilos, ya que esto puede significar que sean un poco más pequeños y que pesen menos desde la infancia hasta la adolescencia, pero es poco probable que estas diferencias tengan consecuencias para la salud —explica Elhakeem—. Tenemos claro que es importante que, a medida que un mayor número de personas concebidas mediante TRA se conviertan en adultos, sigamos explorando cualquier riesgo potencial para la salud en edades más avanzadas».
La catedrática Deborah Lawlor, autora sénior del estudio y también de la Universidad de Bristol, explica: «Esta importante investigación solo es posible mediante la colaboración internacional a gran escala y los estudios sanitarios longitudinales, a los que los participantes aportan datos relativos a la salud a lo largo de toda su vida. Estamos especialmente agradecidos al Consejo Europeo de Investigación y a Horizonte 2020 por hacerlo posible, así como a todos los participantes e investigadores del estudio».
El estudio, que cuenta con el apoyo de ART-HEALTH (Conception by artificial reproductive technologies and offspring health) y LIFECYCLE (Early-life stressors and LifeCycle health), se ha publicado en la revista médica «JAMA Network Open». Esta investigación ha sentado las bases para realizar estudios con muestras más amplias a edades más avanzadas.
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