Un nuevo estudio afirma que las tareas difíciles provocan cambios en el funcionamiento del encéfalo que dan lugar a fatiga.
¿Ha tenido un día exigente en la oficina (virtual)? Pensar mucho y durante mucho tiempo puede hacer que se sienta cansado, al igual que lo hace su cuerpo tras el trabajo físico pesado. Normalmente lo llamamos agotamiento mental. La ciencia sigue sin saber por qué nuestros pensamientos profundos causan sensaciones de cansancio.
Los hallazgos publicados en la revista «Current Biology» afirman que el culpable es un neurotransmisor, o mensajero químico, llamado glutamato. Este envía mensajes entre las células nerviosas de nuestro encéfalo y tiene un papel principal en el aprendizaje y la memoria.
Los investigadores del Hospital Universitario Pitié-Salpêtrière de París analizaron, mediante espectroscopia de resonancia magnética, la composición de los encéfalos de cuarenta personas mientras realizaban tareas repetitivas en un ordenador durante más de seis horas. A un grupo se le asignó tareas sencillas, mientras que al otro se le dio versiones más difíciles de las mismas tareas. El grupo que realizó las tareas más complejas mostró signos de fatiga.Las tareas más exigentes causaron la acumulación de glutamato en el encéfalo, concretamente en la zona de la corteza prefrontal. Para gestionar esta concentración, el encéfalo ralentiza su actividad. Esa es la razón por la que nos sentimos cansados. Antonius Wiehler, autor principal del Instituto del Cerebro de París de la Universidad Pitié-Salpêtrière, declaró a «The Guardian»: «Incluso cuando te resistes a rascarte por un picor, por ejemplo, tu encéfalo está ejerciendo control cognitivo». El control cognitivo es el proceso por el cual los objetivos o los planes influyen en la conducta. La corteza prefrontal es la región del control cognitivo.
El neurocientífico cognitivo explicó: «Descubrimos que el glutamato se estaba acumulando en la región del encéfalo que controla las tareas que marcamos a los participantes. A nuestro entender, el encéfalo tiene algún tipo de mecanismo de eliminación para contrarrestar esto, lo que puede ralentizar la actividad». Demasiado glutamato puede ser perjudicial porque sobreexcita a las neuronas. El doctor Wiehler añadió: «El glutamato acumulado necesita ser eliminado y creemos que es probable que esto ocurra durante el sueño».
El equipo de investigación también descubrió que tratar este exceso dificulta otras actividades de la corteza prefrontal, como la planificación y la toma de decisiones. Como resultado, los participantes prefirieron acciones de menor esfuerzo y mayor recompensa cuando se notaron fatigados.Mathias Pessiglione, coautor del estudio y también perteneciente al Instituto del Cerebro de París, comentó en una nota de prensa: «Las teorías influyentes sugieren que la fatiga es un tipo de ilusión inventada por nuestro encéfalo para hacernos parar lo que estemos haciendo y cambiar a una actividad más gratificante. Pero nuestros hallazgos muestran que el trabajo cognitivo resulta en una verdadera alteración funcional —la acumulación de sustancias nocivas—, de forma que la fatiga sería, de hecho, una señal que nos hace parar de trabajar, pero con un fin diferente: preservar la integridad del funcionamiento encefálico».
¿Podemos limitar la capacidad de nuestro encéfalo para pensar mucho? El doctor Pessiglione afirma: «Mucho me temo que no. Utilizaría las recetas de toda la vida: ¡descansar y dormir! Existen pruebas convincentes de que el glutamato se elimina de las sinapsis cuando se duerme».
La ciencia ha hablado. Una noche de descanso puede ayudarle a sentirse mentalmente renovado al día siguiente. Es una forma efectiva de evitar el síndrome del desgaste profesional en el trabajo o desde casa.