TENDENCIAS CIENTÍFICAS: Células cerebrales cultivadas en laboratorio aprenden a jugar a un videojuego

Un cerebro en una placa de Petri juega a una máquina recreativa de época del videojuego «Pong».

La inteligencia artificial puede vencer a los grandes maestros al ajedrez. Entonces, sin duda, una placa llena de células cerebrales puede vencer a un videojuego de tenis de mesa de la década de 1970.

Un equipo de científicos de Cortical Labs, una empresa emergente biotecnológica australiana,, ha enseñado a un cultivo de células cerebrales que reside en una placa de laboratorio a jugar al emblemático «Pong». Los resultados del estudio se publicaron en la revista «Neuron».

Los científicos cultivaron 800 000 células cerebrales con el fin de conseguir que realizasen tareas orientadas a objetivos. El cultivo, a partir de neuronas humanas y murinas, recibió el nombre de DishBrain.«Ya sea en los gusanos y las moscas o los humanos, las neuronas constituyen los cimientos de la inteligencia en general», declaró el autor principal, el doctor Brett Kagan, responsable científico de Cortical Labs, a la «CNN». «Entonces, la pregunta era: ¿podemos interactuar con las neuronas de tal forma que se pueda controlar la inteligencia inherente?».

DishBrain aprendió a jugar a «Pong» mediante electrodos que indican dónde están la bola y las palas. La retroalimentación de los electrodos mostró a DishBrain cómo golpear la bola haciendo que actuase como si fuese la pala.

«Hasta ahora no habíamos sido capaces de ver cómo actúan las células en un entorno virtual», explicó el doctor Kagan en un comunicado de prensa de Cortical Labs. «Hemos logrado construir un entorno de circuito cerrado que puede leer lo que está pasando en las células, estimularlas con información significativa y, después, cambiar las células de forma interactiva para que puedan llegar a modificarse entre sí».

«El aspecto más interesante y revolucionario de este trabajo radica en dotar a las neuronas de sensaciones (la retroalimentación) y, básicamente, de la capacidad de reaccionar ante su entorno», añadió el profesor Karl Friston, coautor y neurocientífico teórico en el University College de Londres. «Sorprendentemente, los cultivos aprendieron a aumentar la predictibilidad de su mundo actuando sobre él.

Esto es digno de mención ya que no se puede enseñar este tipo de autoorganización; simplemente porque, al contrario de lo que ocurre con una mascota, estos minicerebros carecen de la sensación de recompensa o castigo».El doctor Kagan declaró a la «CNN» que este hallazgo podría servir para «un mejor descubrimiento de fármacos, la modelización de enfermedades y la comprensión de cómo surge la inteligencia, lo cual a su vez puede permitir desarrollar nuevos algoritmos para el aprendizaje automático». Y añadió: «Alude a los aspectos fundamentales no solo de lo que significa ser persona, sino también de lo que es estar vivo y ser inteligente, procesar información y contar con sentidos en un mundo dinámico y en continua evolución».

Los resultados también abrirán la puerta a nuevas alternativas para comprobar nuevos fármacos o tratamientos de enfermedades. «Cuando las personas observan tejidos en una placa, ven si hay o no actividad en ese momento. Pero el objetivo de las células cerebrales es procesar la información al instante», tal como comentó el doctor Kagan a la «BBC». «Al acceder a su verdadera función, se desbloquea un gran número de ámbitos de investigación que pueden explorarse de forma exhaustiva».

Ahora los científicos tienen pensado embriagar a DishBrain con etanol. Quieren descubrir cómo influyen el alcohol y los medicamentos en las células y si les afecta cuando juegan a «Pong».


publicado: 2022-10-23
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