La batalla para evitar errores de pesca en la zona crepuscular del océano

Investigadores respaldados por la Unión Europea están estudiando posibles nuevas fuentes de alimento a hasta mil metros por debajo del nivel del mar para determinar si pueden aprovecharse de forma sostenible.

¿Podemos encontrar alimento a mayor profundidad por debajo de la superficie del océano para alimentar a la creciente población mundial? ¿Podemos hacerlo sin repetir los errores de la sobrepesca, la destrucción del ecosistema y la pérdida de biodiversidad que hemos cometido hasta ahora en aguas menos profundas? Una expedición de pesca en aguas profundas llevada a cabo con el apoyo del proyecto MEESO, financiado con fondos europeos, está explorando distintas partes del océano Atlántico Norte en busca de respuestas.

Los científicos se están centrando en la capa mesopelágica, una zona oceánica oscura situada a entre doscientos y mil metros de profundidad, conocida también como la «zona crepuscular». Un equipo de DTU Aqua —el Instituto Nacional de Recursos Acuáticos de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU), socia del proyecto MEESO— está procesando parte de la información recabada por los buques de investigación marina en esta parte del océano. La investigación se centra en dos especies pequeñas de peces, la linterna oscura y la anchoa de fondo, cuyo elevado contenido en grasa las convierte en buenas candidatas para la pesca comercial.

No obstante, como señala el catedrático J. Rasmus Nielsen, de DTU Aqua, en una noticia publicada en el sitio web de la DTU, en estos momentos los científicos no saben «prácticamente nada» del efecto que tendría la pesca de estas especies en la cadena alimentaria de la que forman parte. Tampoco conocen la función que desempeñan en el conjunto del ecosistema. «Investigar en un área de la que sabemos tan poco es apasionante a la vez que aterrador, lo que significa que nuestros estudios son pertinentes y también necesarios, pero también que conllevan una enorme responsabilidad», declara Nielsen. Y añade: «Los primeros artículos sobre un área prácticamente desconocida pueden tener enormes repercusiones en las decisiones posteriores. Por eso tenemos que pensarlo muy bien y trabajar de forma rápida y correcta».La zona mesopelágica, en la que la luz es tan escasa que la fotosíntesis prácticamente no existe, siempre ha despertado interés. Aun así, los resultados de un estudio internacional de 2014 —que concluyó que la zona crepuscular contiene entre 10 000 y 20 000 millones de toneladas de peces y moluscos— impulsaron este interés a nuevas cotas. «Obviamente, esas cifras llamaron mucho la atención. Y pronto distintas partes interesadas empezaron a formular la pregunta siguiente: ¿Pueden explotarse?», explica Nielsen.

La pega es que la vida marina mesopelágica desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de carbono del planeta, puesto que traslada entre 2 000 y 6 000 millones de toneladas de carbono de la superficie del océano a sus profundidades cada año. En consecuencia, resulta urgente conocer en profundidad la zona mesopelágica antes de que los sectores pesquero, farmacéutico y alimentario empiecen a explotarla. «Debemos actuar rápidamente, porque, si de pronto resulta que hay un producto de alto valor a esas profundidades, van a ir a por él y ya está», observa Nielsen.

El equipo investigador utiliza los datos disponibles sobre la linterna oscura y la anchoa de fondo para determinar la población de estas especies y la dinámica de dicha población. «Si conocemos la dinámica de una población natural, también conocemos la cantidad excedente producida y, por tanto, qué cantidad podemos extraer de la población de forma sostenible», apunta Nielsen.

El trabajo llevado a cabo con el apoyo de MEESO (Ecologically and economically sustainable mesopelagic fisheries) podría ayudar a allanar el camino hacia una pesca sostenible en el futuro. Con este objetivo en mente, en el marco del proyecto también se ha respaldado el muestreo de especies parásitas que infectan a peces mesopelágicos en una investigación llevada a cabo en aguas del África noroccidental.

Para más información, consulte:

Sitio web del proyecto MEESO


publicado: 2022-11-09
Comentarios
Privacy Policy