Las Navidades influyen en nuestro cerebro de forma tanto positiva como negativa.
Desde nuestros hogares hasta las calles, todo es diferente a nuestro alrededor. Nos invade un sentimiento navideño al recordar nuestras fotos en el regazo de los Reyes Magos o momentos con la familia y los amigos alrededor de la mesa. El cerebro tiene mucho que ver con esto.
En 2015, un equipo de investigadores japoneses llevó a cabo un pequeño estudio con cincuenta cerebros en el que se descubrió una relación entre la felicidad y la precuña, la parte del cerebro implicada en diferentes funciones complejas, como el recuerdo y la memoria. Incluso el sentimiento navideño positivo se asoció con la precuña.Ese mismo año, unos científicos de la Universidad de Copenhague fueron los primeros en proponer el concepto del «cerebro navideño». En su estudio participaron veinte daneses sanos divididos en dos grupos iguales: los que celebraban la Navidad y los que no. Como era de esperar, las imágenes de temática navideña atrajeron al primer grupo. Curiosamente, varias regiones se iluminaron en su cerebro tras medir y cartografiar su actividad.
Tal y como explica la doctora Lila Landowski, neurocientífica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tasmania (Australia): «Sabemos que participar en actividades navideñas influye en el funcionamiento de nuestro cerebro. Afecta a nuestro comportamiento hasta el nivel celular. Se trata de regiones del cerebro que intervienen en nuestros sentidos, en lo que sentimos y en cómo actuamos en distintas situaciones».
La doctora añadió: «Las hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, si se tienen en exceso, como ocurre a veces en Navidad, pueden llegar a perjudicar a nuestra función cerebral».¿Conoce a algún «grinch»? Su comportamiento podría tener una base neurológica, según Landowski. «Puede que le cueste tomar buenas decisiones, que sea más egoísta, incluso más agresivo».
También está la música navideña. ¿Influye en nuestro cerebro? Landowski lo explica: «Probablemente. Cuando escuchamos música navideña, se liberan muchas sustancias neuroquímicas, y eso no solo eleva nuestro estado de ánimo y nos hace sentir más positivos, sino que también nos motiva más. Así, por ejemplo, si estamos de compras y oímos música navideña a nuestro alrededor, puede que nos sintamos más motivados para comprar».
Hablando de compras, la doctora afirma que esto también desempeña un papel importante. «No solo nos hace sentir bien, la gratitud que recibimos tiene un efecto realmente profundo sobre nuestra salud mental y nuestra salud física».
Esperamos que a nuestros lectores de CORDIS les invadan sentimientos de alegría, calidez y nostalgia, ¡con o sin el respaldo de la ciencia!