En 2020, una investigación realizada en el marco del proyecto HEAT-SEAL, financiado con fondos europeos, reveló que la exposición directa y prolongada a la luz solar afecta de forma negativa al rendimiento cognitivo y motor. Desde entonces, ha proporcionado valiosos conocimientos y guías sobre los efectos negativos del estrés térmico en el lugar de trabajo sobre la salud y la productividad de los trabajadores de cinco sectores: turismo, agricultura, fabricación, construcción y transporte.
Aunque HEAT-SHIELD (Integrated inter-sector framework to increase the thermal resilience of European workers in the context of global warming) finalizó en diciembre de 2021, el consorcio siguió publicando artículos científicos con revisión por pares, que ya suman más de 70, en revistas de alto impacto. Por ejemplo, en uno de los artículos, publicado en colaboración con la Unidad de Economía del Cambio Climático, la Energía y el Transporte del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, los socios del proyecto demostraron que el estrés térmico en el lugar de trabajo supone para Europa un perjuicio económico de más de 160 000 millones de EUR, cada año, debido a los gastos sanitarios y a las pérdidas de productividad. Demostraron que la aplicación de los planes de prevención de HEAT-SHIELD puede reducir de forma notable estos costes y, al mismo tiempo, beneficiar la salud de los trabajadores.
«Hemos involucrado y reunido a científicos de todo el mundo para que participen en la investigación sobre el estrés térmico en el lugar de trabajo —comenta el catedrático Lars Nybo, coordinador de HEAT-SHIELD, del Departamento de Nutrición, Ejercicio y Deportes de la Universidad de Copenhague—. El trabajo ha suscitado un gran interés y aceptación, tal y como evidencian dos parámetros: nuestras publicaciones han sido citadas más de dos mil veces y dos tercios de la bibliografía actual sobre el estrés térmico en el lugar de trabajo se ha publicado desde el inicio del proyecto».
La mayoría de los artículos hicieron hincapié en traducir los hallazgos en procedimientos aplicables. Además, se centraron en ofrecer orientación sobre las mejores prácticas, estrategias y conocimientos especializados respecto a la importancia de mitigar los efectos negativos del estrés térmico en el lugar de trabajo. Estos incluyen sobre todo un Plan de acción sobre el calor en el trabajo, una guía para empleadores y empresas y una Plataforma meteorológica, así como diferentes infografías y videos. Las directrices y los materiales informativos han sido adoptados por organizaciones internacionales (por ejemplo, la Confederación Europea de Sindicatos), otros sindicatos y organizaciones sin ánimo de lucro (por ejemplo, la Fundación 1.º de Mayo), así como por responsables políticos nacionales (por ejemplo, el Ministerio de Trabajo, Seguridad Social y Solidaridad Social de Grecia).
«Desde el principio, involucramos a nuestro público objetivo (trabajadores, directivos, empleadores y responsables políticos) en el diseño, las pruebas de viabilidad y la puesta en práctica de nuestras medidas —concluye Nybo—. Nuestros estudios han puesto de manifiesto, y demostrado, que se puede priorizar la salud de los trabajadores a la vez que se adopta un enfoque centrado en la prevención de la pérdida de productividad en beneficio mutuo de empleadores y empleados».
La doctora de Salud Pública Joy Shumake-Guillemot, directora de la Oficina Conjunta para el Clima y la Salud de la Organización Meteorológica Mundial y la Organización Mundial de la Salud, elogia al proyecto HEAT-SHIELD. «El trabajo del consorcio ha sido sobresaliente, tanto al demostrar las mejores prácticas para mitigar el estrés térmico en el lugar de trabajo y crear modelos a seguir, como al inspirar a los beneficiarios de la comunidad científica e investigadora y de la industria a usar los resultados de su investigación a fin de crear valor para toda la sociedad».