No todos los animales domésticos tienen las mismas habilidades. Un nuevo estudio revela que los perros pueden indicar cosas a los humanos, pero los cerdos no.
Según una investigación parcialmente respaldada por el proyecto VOIMA, financiado con fondos europeos, no todos los animales domésticos pueden dirigir la atención de una persona hacia una zona de interés.Un equipo de científicos de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) de Hungría, entidad anfitriona del proyecto VOIMA, trató de averiguar si los cerdos y perros domésticos indicarían a sus dueños dónde se escondía una recompensa fuera de su alcance. Sus hallazgos se publicaron en la revista «Scientific Reports».
«Los animales domésticos parecen especialmente predispuestos a comunicarse de forma referencial con los humanos», afirma la estudiante de doctorado de la ELTE y autora principal del estudio, Paula Pérez Fraga, en una noticia publicada en «SciTechDaily». «Sin embargo, algunos animales salvajes socializados por el hombre también pueden hacerlo, por lo que, a pesar de todo, la domesticación podría no ser fundamental para que surja dicha capacidad comunicativa. Observamos que una característica común de tales especies es que utilizan muchas señales visuales para comunicarse con sus congéneres. ¿Podría tratarse de una característica necesaria para que los animales entablen una comunicación referencial con los humanos?».
Para realizar la investigación se eligieron perros y cerdos como ejemplos de animales que dependen en gran medida de la comunicación visual (perros) y animales que no (cerdos). El doctor Attila Andics, investigador de la ELTE y autor principal del estudio, describe el experimento: «Los animales entraron en una habitación donde estaban solos con el dueño, únicamente con una recompensa alimentaria escondida por un investigador, o juntos con el dueño y la recompensa. El animal no podía alcanzar la recompensa, pero el dueño sí».«Esperábamos un aumento de las conductas comunicativas referenciales cuando el dueño y la recompensa alimentaria estaban presentes, es decir que el animal dirigiría la atención del humano hacia donde estaba el alimento», afirma Andics. El equipo descubrió que, si el dueño se encontraba en la misma habitación que el animal doméstico, pero no había ninguna recompensa en la habitación, los cerdos prestaban a esta persona tanta atención como los perros. No obstante, si también había una recompensa en la habitación, únicamente los perros intentaban dirigir la atención de su dueño hacia donde estaba escondida. En cambio, los cerdos intentaron encontrar la manera de conseguir la recompensa por su cuenta.
¿Todos los animales domésticos pueden dirigir la atención de una persona hacia una zona de interés? La investigación que contó con el apoyo del proyecto VOIMA (Voice and speech perception across mammals: a comparative study of humans, dogs and pigs) afirma que no. «Proponemos que los cerdos podrían carecer de características importantes que son fundamentales para la aparición de este tipo de comunicación», señala Pérez Fraga. «Aunque sabemos que los perros tienen una habilidad especial para comunicarse con las personas, otros animales como los caballos, los gatos e incluso los canguros pueden comunicarse de forma referencial con nosotros, y todos ellos recurren en gran medida a la comunicación visual cuando interactúan con sus semejantes. Los cerdos, en cambio, no».
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