Un estudio financiado con fondos europeos ha examinado los éxitos del marco de escenarios hasta el momento y los problemas a los que hay que enfrentarse, además de formular recomendaciones sobre cómo abordarlos.
Ya estamos viendo las repercusiones del calentamiento global en la naturaleza y en la sociedad. Sin embargo, sus consecuencias más generales aún se sitúan en el futuro. Aunque lo que nos espera no puede predecirse, a lo largo de las últimas cuatro décadas los escenarios de cambio climático han permitido a los científicos explorar resultados deseables e indeseables probables y las acciones que podrían provocarlos o evitarlos.
Más recientemente, en la última década, los investigadores del cambio climático han creado un marco de escenarios que combina distintos futuros posibles para el clima y la sociedad. El objetivo del marco de escenarios de cambio climático ha sido facilitar una investigación integrada y una evaluación coherente para la formulación de políticas. Investigadores respaldados por los proyectos financiados con fondos europeos ENGAGE, CD-LINKS y CASCADES han llevado a cabo ahora un estudio para determinar hasta qué punto está funcionando este marco y a qué retos se enfrenta. Sus hallazgos se han publicado en la revista «Nature Climate Change».
El marco de escenarios consta de trayectorias socioeconómicas compartidas (SSP, por sus siglas en inglés), que se consideran junto con trayectorias de concentración representativas (RCP, por sus siglas en inglés). Las SSP son una serie de escenarios que describen futuros de desarrollo socioeconómico alternativos, mientras que las RCP ilustran distintos futuros climáticos que dependen del volumen de gases de efecto invernadero emitido en los próximos años.
El estudio ha sintetizado información procedente de la bibliografía, debates de la comunidad y evaluaciones relevantes. La conclusión alcanzada es que los investigadores han adoptado a gran escala el marco y que, en su mayor parte, está satisfaciendo las necesidades del momento. Tal y como se indica en el artículo, «las SSP se han empleado en más de mil trescientos setenta análisis relacionados con factores, riesgos y opciones de respuesta con respecto al cambio climático. (...) Dentro de la investigación relacionada con las repercusiones, predominan las aplicaciones para la agricultura, el agua (...) y la salud, aunque un número inferior de estudios aborda temas tan diversos como la pobreza, el turismo, los conflictos, las repercusiones ecológicas y el crecimiento económico. Más de setenta de estos estudios abordan múltiples temas de igual manera».
«El marco de escenarios permite a los científicos utilizar escenarios similares en muchos estudios distintos. Los proyectos de investigación individuales no tienen que desarrollar sus propios casos prácticos y cuantificaciones de escenarios, ya que pueden basarse en el trabajo de otros —comenta el coautor del estudio Bas van Ruijven, del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA, por sus siglas en inglés), coordinador de los proyectos ENGAGE y CD-LINKS, en una noticia publicada en el sitio web Science Daily—. En el momento en que muchos estudios utilizan escenarios comparables, resulta más sencillo evaluar la bibliografía en busca de la información que surge de estos estudios».Los investigadores también han destacado cuestiones importantes que deberían abordarse para aumentar la relevancia y utilidad del marco. También han realizado recomendaciones sobre cómo abordar cada cuestión. Algunas de las cuestiones que, según los resultados identificados, necesitan mejoras son la integración de condiciones sociales y climáticas, la aplicabilidad regional y local, la relevancia más allá de la investigación climática, el uso en investigación en materia de políticas y la cobertura de las perspectivas e incertidumbres relevantes. «Al identificar las debilidades del marco existente, mejoramos su utilidad para estudios futuros. Además, combinando escenarios socioeconómicos y de cambio climático con otros objetivos sociales (...) podemos (...) explorar de forma sistemática cómo evitar el cambio climático y cómo afrontar sus repercusiones», indica el coautor Keywan Riahi, del IIASA, en la misma noticia.
El proyecto CD-LINKS (Linking Climate and Development Policies - Leveraging International Networks and Knowledge Sharing) finalizó en 2019. ENGAGE (Exploring National and Global Actions to reduce Greenhouse gas Emissions) y CASCADES (CAScading Climate risks: towards ADaptive and resilient European Societies) concluirán en 2023.
Para más información, consulte: