Legumbres ricas en proteínas y quinua en el punto de mira de las alternativas alimentarias de origen vegetal

Unos investigadores financiados con fondos europeos afirman que los garbanzos, las habas, las lentejas y la quinua son especies vegetales de cultivo ideales para cultivar en Europa y podrían contribuir al cambio hacia un sistema alimentario más nutricional, sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

No todos los cultivos se comercializan en todo el mundo, algunos solo son importantes a escala regional y normalmente se consumen como parte de las dietas locales. Debido a que no se comercializan en el ámbito internacional, estos cultivos, etiquetados como cultivos huérfanos por el mundo occidental, tienden a recibir poca atención de los fitomejoradores e investigadores y, por lo tanto, están rezagados en términos de métodos de cultivo modernos.

Los investigadores que trabajan para el proyecto SMART PROTEIN, financiado con fondos europeos, se están enfocando ahora en cuatro de estos cultivos huérfanos: los garbanzos, las habas, las lentejas y la quinua, que creen que son muy adecuados para su cultivo en suelo europeo. En la actualidad, estos se producen principalmente en África, Asia y América del Sur, y se importan a Europa.

El equipo del proyecto los está estudiando con el objetivo final de desarrollar alternativas a la carne saludables y de origen vegetal. Tal y como lo expresó el doctor Emanuele Zannini del University College de Cork (Irlanda) y coordinador del proyecto SMART PROTEIN, en un artículo publicado en el sitio web del proyecto, los cuatro cultivos se seleccionaron en base a una investigación realizada por PROTEIN2FOOD, otro proyecto financiado con fondos europeos.Las legumbres como los garbanzos, las lentejas y las habas están repletas de proteínas, fibra y otros nutrientes, por lo que pueden ofrecer una alternativa vegetal natural y nutritiva a la carne. Es más, en el impulso para combatir el cambio climático, su cultivo es menos dañino para el medio ambiente y puede ayudar a reducir el consumo de productos de origen animal. La quinua, cada vez más popular, contiene vitaminas B, magnesio y fósforo, así como los nueve aminoácidos esenciales. Este cultivo proteaginoso es muy resistente a condiciones adversas como las sequías y los suelos salinos (suelos que inhiben el crecimiento del cultivo debido a sus altas concentraciones de sal). De todas las especies vegetales de cultivo que estudió el proyecto PROTEIN2FOOD, se descubrió que la quinua es la más adecuada para cultivar en Europa. «Estos cultivos están infrautilizados. Los cuatro son fuentes importantes de proteínas y pueden desempeñar un papel importante en una dieta sostenible», observó Paloma Nosten, gerente sénior de comunicaciones del socio de SMART PROTEIN, ProVeg International, en una noticia publicada en el sitio web «Food Ingredients First».

Los investigadores de SMART PROTEIN tienen como objetivo desarrollar la próxima generación de alimentos proteicos inteligentes, rentables, eficientes en el uso de recursos y nutritivos. Para lograrlo, se están enfocando en la extracción de proteínas de los vegetales y en el supraciclaje de alimentos del flujo de residuos, como los restos de pasta o las cortezas de pan. «Estas proteínas inteligentes se utilizarán para crear ingredientes y productos nutritivos, confiables, respetuosos con el medio ambiente y que formen parte de una cadena de suministro segura y preparada para el futuro», explicó Nosten. «Los productos e ingredientes potenciales podrían incluir nuevas formas de carne, pescado, mariscos y productos horneados de origen vegetal, así como queso y otros productos lácteos».

El proyecto SMART PROTEIN (Smart Protein for a Changing World. Future-proof alternative terrestrial protein sources for human nutrition encouraging environment regeneration, processing feasibility and consumer trust and acceptance) está coordinado por el University College de Cork y finaliza en junio de 2024. El proyecto PROTEIN2FOOD (Development of high quality food protein through sustainable production and processing), de 5 años de duración, finalizó en febrero de 2020.

Para más información, consulte:

Sitio web del proyecto SMART PROTEIN

Sitio web del proyecto PROTEIN2FOOD


publicado: 2021-07-05
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