¿Pollo en la cocina? ¡Lávese las manos!

¿Los europeos realmente se lavan las manos después de manipular pollo crudo? Un estudio respaldado por la Unión Europea (UE) analiza con más detalle las prácticas de higiene en la cocina de cinco países europeos.

Cuando se trata de bacterias que causan enfermedades transmitidas por los alimentos en la UE, las culpables más comunes son la campilobacteria y la salmonela. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, cada año se notifican más de noventa y un mil casos de infecciones por salmonela. De las dos, la mayor culpable es con creces la campilobacteria que es responsable de la mayoría de los casos notificados de enfermedades gastrointestinales en la UE (246 000 al año) y se cree que las cifras reales rondan los 9 millones al año.

Entonces, ¿cómo podemos prevenir las infecciones por estas bacterias? El hecho es que cerca del 40 % de los brotes de las enfermedades transmitidas por los alimentos en la UE se deben a una mala higiene en la cocina, especialmente cuando se manipula y prepara pollo crudo. Por consiguiente, la solución es bastante simple: lavarse las manos. Pero ¿qué tan buenos son los europeos para seguir esta simple instrucción?

Un estudio llevado a cabo como parte del proyecto SafeConsumE, financiado con fondos europeos, examinó las prácticas de lavado de manos en cinco países europeos durante la preparación de una comida casera con pollo crudo. Los resultados publicados en la revista «Food Control» mostraron una falta de conocimiento de los riesgos involucrados en la manipulación de carne cruda. También revelaron claras diferencias en los conocimientos, hábitos y equipos relacionados con el pollo y el lavado de manos entre los cinco países. Los hallazgos remarcan la necesidad de adaptar las campañas de prevención en función de las prácticas y el conocimiento de cada lugar.

El estudio consistió en una encuesta cuantitativa de alrededor de 1 890 encuestados, combinada con una investigación cualitativa (con observación y entrevistas semiestructuradas) de 75 hogares en Francia, Noruega, Portugal, Rumanía y el Reino Unido. Se consideraron tres categorías de consumidores: hombres jóvenes solteros con mayor probabilidad de ignorar las directrices de seguridad alimentaria, familias con niños pequeños que tenían un mayor riesgo de enfermarse por campilobacteria y salmonela, y hogares de personas mayores.Según los datos, los portugueses y los rumanos fueron culpables más a menudo de tocar el pollo crudo. Aunque los participantes de la encuesta señalaron que se lavaban las manos con frecuencia, no se observó lo mismo en situaciones reales, lo que muestra una brecha entre las intenciones y las prácticas. Solo alrededor de una tercera parte de los participantes se lavaron las manos con jabón después de manipular pollo crudo. La mayoría de los casos se observaron en Noruega (el 80 % de los noruegos) y el Reino Unido (el 64 % de los británicos), seguidos de un pequeño número en Portugal (15 %) y Francia (13 %). No se registraron casos de lavado de manos con jabón después de manipular pollo crudo en Rumanía.

En el estudio, los autores informan: «En nuestro estudio, los rumanos aparentan tener conocimientos que no se condicen con sus prácticas, que adolecen de limitaciones que incluyen la disponibilidad de agua o equipos de cocina. Los consumidores rumanos, franceses y portugueses también podrían tener un conocimiento erróneo de las formas seguras de lavarse las manos, ya que consideran que el enjuague con agua es suficiente. Para los consumidores franceses y portugueses, tocar la carne cruda de aves de corral no se percibía supuestamente como arriesgado, a diferencia de otras acciones, como tocar el cubo de basura, sonarse la nariz y tocar a la mascota, que sí fueron seguidas por el lavado de las manos con jabón».

Los conocimientos obtenidos gracias al estudio de SafeConsumE (SafeConsumE: Safer food through changed consumer behavior: Effective tools and products, communication strategies, education and a food safety policy reducing health burden from foodborne illnesses) se podrían utilizar para documentar las estrategias de comunicación sobre seguridad alimentaria de los países europeos.

Para más información, consulte:

Sitio web del proyecto SafeConsumE


publicado: 2021-09-02
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