Los habitantes de la ciudad portuguesa de Oporto reciben ayuda para hacer su propio compost, y se analiza el metabolismo urbano como una herramienta importante en la transición a una economía circular.
El proyecto CityLoops, financiado con fondos europeos, está poniendo a prueba una serie de medidas para cerrar el círculo de dos de los principales flujos de residuos de Europa: los biorresiduos y los residuos de construcción y demolición. Cerca del 50 % de los residuos generados en todo el mundo proceden de las ciudades, y los expertos creen que esta cifra es aún mayor en Europa. El proyecto se centra en varias ciudades europeas por una razón sencilla. Si bien las ciudades pueden ser los mayores consumidores de energía y materiales, también tienen la capacidad de gestionar los recursos mejor y de un modo más eficiente, por lo que podrían liderar la transición hacia una economía circular.Una de las ciudades que participa en CityLoops es Oporto, que está concentrando esfuerzos en sus sectores de economía social y turismo para fomentar la reducción de los residuos alimentarios. La prueba de demostración en la ciudad portuguesa también tiene como objetivo desarrollar economías circulares locales a pequeña escala mediante el compostaje de biorresiduos y la reutilización del compost para cultivar alimentos de forma local.
Tal como se informa en un artículo publicado en «TheMayor.EU», desde el 4 de agosto, se han instalado islas de compostaje en 2 barrios de Oporto. Los residentes pueden depositar sus residuos orgánicos para compostaje en estos espacios, uno cerca del Parque Infantil do Amial y otro en Praça do Cávado, ambos en el distrito de Paranhos. La iniciativa es una colaboración entre el Servicio Intermunicipal de Gestión de Residuos del Gran Oporto y la empresa municipal Porto Ambiente, socios del proyecto CityLoops.
Cualquier persona que viva en estos dos barrios puede unirse al proyecto. Los participantes reciben un cubo para la separación de residuos orgánicos, una tarjeta de acceso al compostador instalado en la isla, un equipo de jardinería vertical y una mochila. Una vez que han separado los desechos orgánicos o la vegetación (hojas, ramas y césped) en el cubo, simplemente tienen que acercarse al compostador, abrirlo con la tarjeta y depositar el contenido del cubo en él. «El resultado final será un compuesto orgánico 100 % natural que estará disponible para su uso por todos los participantes del proyecto», afirma el artículo. Los profesionales de campo estarán disponibles para brindar apoyo y supervisar el proceso de compostaje.El metabolismo urbano es un modelo de sostenibilidad importante que analiza las ciudades en términos de recursos, consumo y residuos. Aborda las ciudades como sistemas biológicos vivos con insumos, como materiales y energía, y productos, como mano de obra, residuos y contaminación.
Para analizar el metabolismo urbano de una ciudad es necesario utilizar herramientas y métodos adecuados. Metabolism of Cities, el socio belga del proyecto CityLoops, ha delineado veintinueve marcos para estudiar el metabolismo urbano. La mayoría de los marcos se basan en el análisis del flujo de energía y materiales, «adoptando así un enfoque esencialmente lineal», según un artículo publicado en «GreenBiz». Otros se basan en la dinámica de los sistemas que se considera «más apropiada para interpretar sistemas complejos no lineales como las ciudades».
Las otras seis ciudades de demostración de CityLoops (Closing the loop for urban material flows) son Høje-Taastrup y Roskilde (Dinamarca), Mikkeli (Finlandia), Apeldoorn (Países Bajos), Bodø (Noruega) y Sevilla (España). La ciudad española de Murcia y la comarca del Vallès Occidental se han sumado al proyecto como repetidores. Se espera que se sumen aún más.
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