Un nuevo informe ha trazado un mapa del desarrollo de la innovación de las tecnologías renovables en materia de costes, patentes y normas, lo que ofrece una valiosa información a los responsables políticos.
La innovación en tecnologías de energías limpias puede agilizar la transición del mundo hacia un sector energético con cero emisiones de carbono. Hasta la fecha, los datos recopilados para ayudar a fundamentar la política de innovación se han centrado principalmente en las aportaciones al proceso de innovación. Ahora, un nuevo informe publicado con el apoyo del proyecto TEIIF, financiado con fondos europeos, presenta por primera vez los datos sobre los productos y resultados de la innovación en tecnologías renovables, en concreto, los costes y el rendimiento de las tecnologías, las patentes y las normas.En el informe se analiza la situación actual de tecnologías específicas de las energías renovables. En primer lugar, se señala una disminución del 85 % de los costes de la energía solar fotovoltaica entre 2010 y 2020 gracias a la innovación tecnológica, que también ha permitido mejorar el rendimiento de los productos.
En el mismo período, también se observaron mejoras en la competitividad de la energía solar de concentración (ESC), a pesar del limitado despliegue de esta tecnología en comparación con otras energías renovables. Según el informe, los costes de la electricidad de las centrales de ESC recién puestas en marcha se redujeron un 68 % entre 2010 y 2020 gracias a la disminución de los costes de instalación, funcionamiento y mantenimiento, y al aumento de los factores de capacidad.
El apoyo a las políticas ha contribuido a desarrollar el mercado de acumuladores «tras el contador». Sin embargo, aún hay mucho margen posible de crecimiento. En los últimos años, se han realizado importantes inversiones en tecnologías versátiles de iones de litio, lo que ha dado lugar a mejoras en este tipo de baterías y las ha convertido en la tecnología dominante para las aplicaciones residenciales «tras el contador».
En el sector de la energía eólica terrestre, unos bujes más altos y unas mayores áreas de barrido condujeron a «un aumento de casi un tercio del factor de capacidad medio ponderado global de la energía eólica terrestre, de poco más del 27 % en 2010 al 36 % en 2020». Los costes de la energía eólica terrestre descendieron un 56 % en el mismo período como resultado de las mejoras tecnológicas y de la reducción de los costes de las turbinas eólicas y los parques eólicos.
Las mejoras tecnológicas de los aerogeneradores marinos, la disposición de los parques eólicos y las conexiones —junto con un menor tiempo de inactividad en los períodos más ventosos gracias a unas mejores prácticas de funcionamiento y mantenimiento— aumentaron los factores de capacidad de la energía eólica marina. En el último decenio, los costes de la energía eólica marina descendieron un 48 %.
Los electrolizadores alcalinos —una tecnología comercial esencial de los electrolizadores de hidrógeno— registraron un descenso de los costes del 60 % entre 2005 y 2020. Además, la eficacia del sistema de electrolizadores alcalinos mejoró en al menos un 10 % en el último decenio. Aunque también disminuyeron los costes de otra tecnología clave —los electrolizadores de membrana de intercambio de protones—, su eficacia no mejoró tanto como la de los electrolizadores alcalinos.
A lo largo del último decenio, el apoyo limitado de Europa a las tecnologías termosolares a gran escala para procesos industriales se ha traducido, con todo, en una bajada de más de dos tercios de los costes de instalación. Esta disminución «pone de manifiesto no solo los beneficios del apoyo político, sino la importancia de establecer también economías de escala a nivel de central para ayudar a reducir los costes en los primeros años de uso comercial», se afirma en el informe.Los datos sobre las tecnologías eólicas marinas señalaron 2 picos de actividad en materia de patentes: uno en 2012 y otro en 2018 (con 114 y 128 inventos, respectivamente). La actividad en materia de patentes relacionada con los electrolizadores de hidrógeno creció a un ritmo anual del 30 %, con 1 600 nuevos inventos solo en 2018. El fuerte aumento de las nuevas normas relacionadas con el hidrógeno y la energía eólica a partir de 2012 muestra la creciente atención que la industria presta a estas tecnologías.
TEIIF (TRACKING ENERGY INNOVATION IMPACTS FRAMEWORK) tenía como objetivo que los responsables políticos conociesen mejor el impacto de los programas de financiación y apoyo a la innovación. El proyecto finalizó en 2021.
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