En octubre de 2020, en el Results Pack de CORDIS sobre «El papel de las ciencias sociales y las humanidades en la investigación energética» se presentó PROSEU, un proyecto que empoderaba a los ciudadanos normales para que desempeñen un papel esencial en la transición europea a la energía renovable. ¿Consiguió ayudar a los prosumidores europeos —personas que producen y consumen su propia energía renovable— a convertirse en agentes principales de esta transición?
La última vez que hablamos con Inês Campos, coordinadora del proyecto PROSEU (PROSumers for the Energy Union: mainstreaming active participation of citizens in the energy transition), el consorcio trabajaba en un plan de acción para incorporar el prosumerismo hasta 2030 y 2050 con la implicación de alrededor de 160 expertos. Se ha publicado un conjunto final de recomendaciones políticas. Los responsables políticos disponen ahora de propuestas tangibles al elaborar proyectos legislativos nacionales. Campos explica: «El prosumerismo puede contribuir enormemente a alcanzar nuestros objetivos climáticos, a la vez que permite una transición energética inclusiva desde el punto de vista social y beneficiosa para todos. Para lograrlo, el consorcio de PROSEU ha trabajado con iniciativas de prosumidores de toda Europa a fin de estudiar y aprender, y ahora propone unas recomendaciones políticas concretas y oportunas para la integración del prosumerismo en Europa».
Al rememorar el proyecto, que concluyó en febrero de 2021, Campos comenta el mayor logro. «PROSEU sentó las bases para incorporar la participación de los ciudadanos en los sistemas de energía distribuida, como consumidores activos o como miembros de comunidades energéticas».
Los socios del proyecto han producido investigaciones importantes sobre los modelos de negocio que los prosumidores aplican en Europa, los mecanismos financieros que los prosumidores y las comunidades energéticas ponen en práctica, los obstáculos reglamentarios y los retos en toda Europa, así como las oportunidades tecnológicas, por ejemplo, cuánta energía pueden generar los prosumidores a través de fuentes de energía distribuida hasta 2050. «Todo esto ha ofrecido una base de referencia para la innovación actual centrada en acelerar la adopción de fuentes de energía distribuida. Estos conocimientos de referencia no existían antes», afirma Campos. «Había muchas investigaciones parciales sobre consumidores activos de energía, prosumidores, comunidades energéticas y sistemas de energía distribuida, pero faltaba una revisión sistemática de cómo se unen estos elementos».
«Nos sorprendió descubrir que, en muchas de las comunidades con las que trabajamos, tuvimos un impacto real», añade Campos. «Por ejemplo, pasaron a crear su propia comunidad energética en por lo menos dos casos. Esto fue muy gratificante para nosotros. Contamos estas historias en nuestro “Prosumer Inspiration Book” (Libro de inspiración para prosumidores)».
«El hecho de que recibiéramos fondos europeos fue decisivo para el éxito y la puesta en práctica de PROSEU», concluye Campos. «Durante el proyecto, las partes interesadas y los ciudadanos estaban más motivados en participar porque era un proyecto financiado con fondos europeos».